Escuela de padres: De la competitividad a la cooperación
Dos
hermanos que se pelean, ese amigo con el que siempre riñe, compañeros
de clase que no se llevan bien... Quizá estas situaciones os suenen
familiares porque les pasa a vuestros hijos, a vuestros alumnos de
clase, etc. Pueden ser muchos los motivos por los que esto pasa pero,
cuando esto ocurre ¿qué solemos hacer? Lo más habitual es separarlos,
reñirles o ponerlos a cada uno en una habitación.
Hoy vamos a intentar algo nuevo. Vamos a hacerles cooperar.
Aunque parezca extraño que si dos niños están peleando, la propuesta sea dejarlos seguir estando juntos, la cooperación va más allá. Les vamos a guiar y proponer que
hagan alguna tarea en la que ambos intervengan, que se tengan
que ayudar para conseguir el objetivo y por lo tanto ambos
participen y colaboren. Lo más probable es que dejen de pelear y esto se
debe a que la cooperación consigue que:
- Potencien y activen sus habilidades sociales
-Desarrollen la negociación y la toma de decisiones, ya que el objetivo sólo se cumplirá si todos participan
- La interacción sea positiva y de respeto, algo que no ocurre en la competitividad.
- Y permite que se produzca una respuesta empática por el hecho de escuchar al otro y respetar lo que puede aportar, tenerle en cuenta, etc.
En la web podéis encontrar multitud de juegos cooperativos y
aprovechar para pasar un buen rato en familia mientras los ponéis en
práctica. Pero para cualquier situación cotidiana en la que se estén
peleando o riñendo, basta con proponerles una tarea en la que tengan que
colaborar los dos: montar un puzle juntos, poner la mesa entre
los dos, hacer un bizcocho con la supervisión de un adulto, que se
ayuden en los deberes mutuamente, etc.
Laura Cifuentes
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