Cuando
se habla de altas capacidades erróneamente se tiende a pensar en niños y
niñas sobresalientes en todas las áreas académicas, y exentos de
cualquier dificultad. Identificar a niños y niñas con altas capacidades
es una tarea compleja que requiere dedicación, esfuerzo y atención por
parte de la familia y el profesorado.
La
inteligencia es un constructo complicado en su definición y tal vez,
esa dificultad es la que se manifiesta a la hora de definir qué son
altas capacidades. Existen muchos y distintos casos de niños y niñas con
altas capacidades. Cada uno es diferente al resto y por esa razón, las
intervenciones educativas que se lleven a cabo, han de adaptarse a cada
caso en cuestión.
A
menudo se tiende a pensar que estos niños y niñas deben ser brillantes
en todo y aunque es cierto que éstos poseen un C.I superior a la media y
suelen contar con altos niveles de dedicación y éxito en otro tipo de
actividades, como por ejemplo, las actividades creativas, en muchas
ocasiones presentan dificultades de adaptación social, que pueden
llevarles al fracaso escolar.
Este
tipo de dificultades pueden deberse a las diferentes inquietudes e
intereses que suelen presentar con respecto a los demás compañeros /as.
Hecho éste por el que en algunas ocasiones, pueden resultar víctimas del
rechazo de éstos que los pueden percibir como diferentes, lo que puede
perjudicar seriamente su autoestima y motivación. Por esta razón, es muy
importante, que se proporcione a los/as compañeros/as información que
facilite la integración de los niños y niñas con altas capacidades en el
grupo de iguales.
NO EXISTE UN PERFIL ÚNICO:
Los
niños y las niñas con altas capacidades presentan entre ellos/as
grandes diferencias. No existe un perfil único que describa sus
características de manera inequívoca. Sin embargo, a la hora de
identificar si un niño o niña presenta altas capacidades, puede ser de
gran ayuda tener en cuenta una serie de características con las que
suelen contar, como por ejemplo: manifestación de una gran comprensión
de acontecimientos y aprendizajes; facilidad para resolver problemas y
conceptos abstractos; disfrute con actividades culturales (por ej.
Lectura, pintura…); etc. Además, suelen contar con un gran
autoconocimiento y pueden caer en el aburrimiento ante tareas
repetitivas y rutinarias.
Fundamental
es asimismo, compartir con él/ella momentos de diálogo, imprescindibles
para conocer qué le interesa y preocupa. Y por supuesto, además de
participar en sus inquietudes y contribuir a la estimulación de las
mismas, no se debe olvidar que son niños/as y que como tales necesitan
normas y límites que contribuyan a reforzar su seguridad y su actitud
ante la vida.
Mariela Clemente Martos. Psicóloga
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