La
educación es un proceso con múltiples direcciones e influencias
constantes mediante el cual las personas construyen aprendizajes
globales sobre valores, conductas, conocimientos, saberes, etc. Este es
un proceso permanente que comienza en el nacimiento, se desarrolla en
los primeros años y se continúa a lo largo de toda la vida sobre estas
primeras bases.
El
objetivo es el desarrollo global e integral de la persona. Es por ello
que la educación va a determinar el tipo de persona en que se
convertirán los pequeños y va a contribuir a su felicidad futura.
Nuestro
papel como educadores es muy importante para el desarrollo sano y feliz
de los pequeños. Es normal que ante esta responsabilidad los adultos,
nos encontremos en ocasiones con múltiples interrogantes sobre cuál es
la mejor manera de educar a los niños y niñas, ¿debemos reñirles,
permitirles, mimarles, ser estrictos? Queremos que sean personas
felices, seguras de sí mismas, con autoestima y confianza, capaces de
conseguir sus metas y afrontar sus problemas, pero no sabemos cuál es la
fórmula para lograrlo.
Educación efectiva
No
existe ninguna fórmula mágica, y la educación supone una relación entre
personas, por lo tanto este proceso siempre va a ser variable,
dependiendo del tipo de persona se creara un tipo u otro de relación con
diferentes problemáticas e implicaciones. Es fundamental conocer unas
pautas generales, mantener la calma y sobre todo siempre ofrecer un
clima de cariño, confianza y seguridad para que la educación sea
efectiva.
MITOS SOBRE LA EDUCACIÓN
Existen muchos mitos, sin fundamentación pedagógica sobre cómo debemos educar a nuestros pequeños, veamos los más comunes.
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Se debe castigar en todo momento y dar un cachete a tiempo. Esta idea es muy común, debemos tener en cuenta diferentes pautas para que el castigo sea efectivo y no aplicarlo en todo momento. Más que castigo debemos hablar de consecuencia negativa a una acción determinada, pero nunca debemos emplearlo para hacer sentir mal al pequeño y nunca nunca debemos emplear violencia física o psicológica. Esto puede afectar a la autoestima del niño y no le hacemos entender el porqué debe actuar de determinada manera.
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Si el niño tiene su carácter poco podemos hacer para cambiarlo seguirá comportándose de determinada forma. Es cierto que cada persona tiene su propio carácter y su propio repertorio de conductas. Pero en primer lugar el carácter es una cosa y las conductas se aprenden, por lo tanto si podemos cambiar el comportamiento y en cuanto al carácter podemos comprenderlo y hacer que los pequeños que se conozcan y se comprendan.
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Cualquier conflicto con los niños es malo. Esta es otra idea muy extendida, pero también es errónea. Los conflictos son una oportunidad para el desarrollo y el aprendizaje. El truco es ver el conflicto de esta forma y no de manera negativa. Podemos transformar el conflicto en una experiencia positiva de la que todos aprendemos.
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Es mejor evitarles problemas y sufrimientos a los niños. No se trata de procurarles problemas, pero para que crezcan sanos han de aprender a solucionar y afrontar problemas de forma constructiva. Evitando los problemas los niños crecen en una ilusión y cuando tengan que buscar soluciones no sabrán hacerlo, teniendo repercusiones emocionales importantes.
10 CLAVES PARA UNA EDUCACIÓN EFECTIVA
- Cariño y comprensión. En todo momento ofrece un ambiente de cariño y comprensión. Crea un clima donde predominen los afectos y no se sientan juzgados. Muéstrales tu aprecio en todo momento, los gestos de cariño y afecto son fundamentales para el desarrollo afectivo de los pequeños. Se sentirán queridos y comprendidos, esto fortalecerá su autoestima y su confianza.
- Disciplina. Los pequeños están aprendiendo a comportarse y formando su personalidad, es común que pongan a prueba y experimenten lo que pueden hacer. Es fundamental ponerles unas normas, les aporta seguridad y un conocimiento sobre lo que pueden y no pueden hacer.
- Coherencia. Lo importante de las pautas educativas que sigamos y las normas que establezcamos, es que sean coherentes. Debemos mantener una coherencia entre lo que se dice y lo que se hace, entre lo que hacen y dicen los diferentes educadores (todos han de seguir las mismas normas y pautas) y por ultimo esta coherencia debe ser válida para todos los días y momentos.
- Constancia. La constancia nos va a servir para consolidar los aprendizajes. Se trata de repetir con paciencia y firmeza. La constancia les aporta tranquilidad, se mostraran más receptivos y disciplinados.
- Ejemplo. Como padres y educadores, los adultos servimos de modelo para los más pequeños, debemos tener esto en cuenta y actuar con el ejemplo.
- Educación emocional. No descuides la educación emocional, es imprescindible para el desarrollo sano de los niños y niñas. Presta atención al desarrollo de sus habilidades sociales y personales como autoestima, autocontrol, empatía, asertividad, etc.
- Confianza. Apórtale confianza en si mismo. Debemos dejar que los pequeños se enfrenten a las dificultades y las superen por si mismo. Es fundamental que perciban que creemos en ellos, si nosotros confiamos en ellos, ellos confiarán en si mismos.
- Comunicación, escucha y dialogo. La comunicación efectiva va estrechamente unida a la educación. Para educar debemos conocer a las personas que educamos y la mejor manera de conocer es comunicarnos. Fomenta los diálogos y escucha lo que los pequeños nos dicen y comunican.
- Tiempo y juego. Dedícales tiempo, han de sentirse atendidos y saber que tienes tiempo para ellos. Busca parte de ese tiempo para jugar con ellos; el juego es fundamental en la infancia y tiene importantes beneficios en todas las edades. A través del juego nos distendimos y estrechamos vínculos afectivos, además de suponer una oportunidad excelente para el aprendizaje y desarrollo.
- Limites. Establece límites claros y consensuados. Los niños y niñas deben aprender que no todo vale. Es nuestra función ponerles los límites.
Celia Rodríguez Ruiz
Psicóloga y Pedagoga
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